A proposito de mi estadía en Margarita en este mes de Junio donde el Ministerio Popular para el Turismo se ha propuesto relanzar políticas que hagan mas atractivo para visitantes extrangeros y locales nuestros sitios donde vacacionar o pasear, disfruté de esa cucharada hecha por nosotros mismos cuando en vez de atender al que nos visita, lo tratamos como si fuera el vecino de la cuadra que lidiamos para pegarnos al cable de TV, quitar un poco de azucar en el momento menos oportuno, o poner el equipo de sonido a todo volumen hasta las cinco de la mañana sin importar la integridad o el respeto del comienzo de sus derechos.Dicho esto, una semana no bastó para reencontrarme con los paisajes de Maragarita, sin embargo, el hotel, las playas, Juán Griego, Pampatar fueron mas que suficiente para descansar lejos de Maracaibo, lejos del bullicio, del concreto y sobre todo del ambiente sucio que se respira a diario y me hace subvivir de alergias e intoxicaciones. Sin embargo mi regreso al terruño se vió embarrada de muchas cosas:
1.- Conviasa cancela el vuelo de Porlamar - Maiquetía
2.- La tipa que chequéa los boletos hace que mi esposa que esta amamantando a mi hijo de cinco meses se levante de donde estaba porque ella necesitaba saber quién viajaba conmigo.
3. - Conviasa nos dice a los que debemos llegar a Maiquetía por trasbordo antes de las 11 am. que puede resolver enviandonos con Aserca Airlines.
4. - Accedemos, pero nos toca volver a hacer el proceso de chequéar ahora boletos con ellos.
5. - Despegamos a Maiquetía por Aserca.
6. - Al bajarme del avión pido en la puerta el coche de mi hijo el cual me lo niegan y me piden buscarlo en la correa de equipaje.
7. - Insisto que vengo por trasbordo a Maracaibo ¿cómo pretenden buscar algo que deben pasar ellos de un avión al otro?
8. - Nos percatamos que un equipaje de mano se queda con los boletos de Maiquetia - Mcbo, dentro iban todas las medicinas de tratamiento asmático de mi hijo mas un nebulizador. Discuto con mi esposa por el descuido, de la sampablera de palabras el recargo me hace subir el coche.
9. - Pido ayuda para saber si pueden llamar a Porlamar a chequear si el equipaje aun está en el área de transito antes de embarcar y explicamos lo importante del contenido.
10. - No nos dan respuesta de Porlamar y Aserca nos dice cortantemente que ese equipaje ya no es responsabilidad de ellos.
11. - Conviasa no nos da seguridad si nuestro equipaje llegó en Aserca.
12. - Nos piden esperar y preguntar a ver si llegó, sino nos aseguran que las maletas llegan a Mcbo.
13. - Un gordo pretencioso responsable de equipaje de Conviasa en Maiquetía no accede a resolver al menos si las maletas serán embarcadas.
14. - Momento de embarcar el vuelo Maiquetía - Mcbo, nos dicen que no nos preocupemos que las maletas llegan (¿en ese vuelo?)
15. - Llegamos a Maracaibo, pasamos a la correa de equipaje, las maletas... no llegaron.
16. - Reclamo respectivo a Conviasa por todo el mollejero, nos piden llenar un formulario ya que las maletas - obviamente - no llegaron y vendrán en el último vuelo del día.
17. - Conviasa se compromete a enviarnos las maletas a nuestros hogares.
Como podrán notar el vía crusis que nos toco vivir al regreso, nada del otro mundo, pero el meollo de todo este asunto es que le pasa tanto a venezolanos como a extrangeros... que pena. Pero mas pena e indignación me dió al siguiente día de la llegada estando en casa de mi madre pasando el domingo cuando recibo una llamada:
- señor, tengo en mis manos un equipaje que confundí y creo que le pertence.
A todas estas estoy creyendo que sería alguno de los pasajeros que venia conmigo desde Porlamar y sufrió los mismos vericuetos que yo, sin embargo le pregunto:
- aja... y digame ¿pasó Ud. por el aeropuerto a recogerlo? ¿ya llegaron? ¿cómo es la maleta que se llevó por equivocación?
- es un maletín lleno de medicinas y de color gris!
Bingo, el maletín que mas me interesaba apareció, solo por mi cabeza pasaba el ahorro de 1500 Bs. aproximadamente entre medicinas y el bendito aparato de las terapias respiratorias.
- ¿cómo va ser señora? fijese yo ayer viaje de Porlamar a Maracaibo y extravié ese equipaje donde está todo el tratamiento de asma de mi hijo ¿Ud. sería tan amable de enviarmelo por MRV con cobro a destino? es de vida o muerte que ese maletín llegue a mis manos.
No solo fueron palabras lo que le contaba a la señora del otro lado de la bocina, sino lo valioso que esa maleta era la ambulancia de mi hijo en momentos de crisis. Le pedí rogandole si podía colocarla lo mas pronto posible para Maracaibo. Ella accedio, nos intercambiamos los datos y con una voz que simulaba un abrazo, un apretón de mano, cortamos esperando el lunes solo la confirmación de parte de ella que la maleta iba en camino.
El cuento no termina aca porque aquí es donde la cultura que tenemos para tratarnos entre nosotros mismos no vale ni medio, mucho menos para atender a un turista. A las 10 pm. de ese mismo domingo recibí en medio de una película repetida por el cable un mensaje de texto a mi celular de la samaritana señora del equipaje y decía lo siguiente:
- señor Mario, ¿Usted podría colaborar pagando la renta mensual de mi celular abonandole 200 Bs. y así le aseguro que su equipaje llegue el lunes?...
Lo que me pasó por la mente es lo lógico de un ciudadano de la selva de concreto que ante estos aprovechamientos miserables lo que puede salir de ti es...
- "¿sabe cómo es la cosa?... metase esa maleta por el &$"&/"
... pero tuve que hacer como los cristianos que ponen la otra mejilla, porque de 200 Bs. a 1500 Bs. hay mucho trecho. Que mas, al siguiente día estaba abonando a su cuenta de celular la cantidad solicitada e inmediatamente cuando se hizo efectivo, ella misma me llamo para agradecerme ese gesto y que contara con una amiga en Maragarita para la próxima.
Mi cabeza no hizo mas nada que enderezar mi torticolis, tragar amargo y agradecer miserablemente con una risa hipocrita y con un "gracias por robarme de frente", ante el dolor y las preocupaciones de unas medicinas que le salvan la vida a mi niño cada vez que se enfrenta a sus crisis.
Si así nos tratamos entre nosotros mismos ¿qué generosidad queda para el extrangero? pobres gringos y europeos que solo les queda en el recuerdo nuestras sonrisas - hipocritas, como la mia- y mostramos cuando se van, escondiendo por detras de la espalda la billetera que le sacamos cuando disfrutaron de nuestros paisajes, así como disfruté yo cuando fuí a Maragarita.
