La fuerza del pecado está en la ley

miércoles, 2 de junio de 2010


"El aguijón de la muerte es el pecado y la fuerza del pecado está en la ley" (1 Cor 15, 57). Así se refiere San Pablo a la comunidad de Corintios que vivía pendiente de lo mas mínimo y el primero que se resbalara estaban allí para sacarle en cara el error. Una revolución que basa parte de su ideología en el amor, no puede recurrir a la ley como único orden social para mantener un orden mayor.

Es como el regaño del padre al hijo que si derrama un vaso de agua sobre la mesa, de una vez lo castiga y lo deja sin cena, lo encierra en su cuarto, le quita el televisor y ademas le prohibe - si es el caso por la edad - no salir por un mes con sus amigos, pero el padre no se ha percatado que de repente la mesa estaba coja, el espacio del comedor es insuficiente y cuando el pobre muchacho se movio un centimetro a la izquierda para tomar alguno de los platos, tropezó por el pequeño espacio, el vaso en la mesa coja perdió el equilibrio y derramo el líquido. ¿De quién entonces es la responsabilidad de tal derrame del vaso de agua?... de la vaca seguramente.

Son muchas las cosas que van una detras de la otra y para hacer una conclusión tajante por parte de Hugo Chávez de que el problema del "desabastecimiento-acaparamiento" son los empresarios, que en parte tienen parte, pero tampoco se ha puesto a evaluar si las medidas económicas son las correctas para no estimular el subconciente de las malas mañas que hace hoy en día que todos y todas incurramos en el mercado negro de las ideas, incluyendo principalmente a los que se sienten "protegidos" y que no están casualmente del lado del empresariado privado. La solución la tienen en las narices y tanto que lo nombran, el amor, que todo puede, todo lo excusa, soporta todo, y hace que las personas se sientan a conversar, a dialogar, a negociar, sino no sería amor, sería ENVIDIA.

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