Mundial mesiánico

domingo, 4 de julio de 2010



Seguramente los analistas políticos, internacionalistas y hasta los pasquines que son bien pagados para hacer de la política un oficio desde el periodismo, se han percatado del efecto mundial en la política de estado de algún país en particular.

Cabe resaltar la primera reacción de un país al saberse eliminado del torneo, como Nigeria, el presidente de esta nación suspendio -dandoselas de la FIFA- a su equipo por dos años sin participar en competencia alguna gracias a su mala actuación. El mismo presidente Chávez en alguna de sus incuerdas alocuciones catalogó no ser favorito de ningún equipo europeo, haciendo ver entre lineas su resentimiento trasnochado y milenario de la colonia y el imperio sobre los paises del tercer mundo.

Podriamos hablar de miles de ejemplo que han existido y siguen surgiendo cada vez que pasa un mundial. Las sociedades latinoamericanas, muy distantes de las europeas, buscan siempre en sus estados a alguien con una suerte de mesías que pueda restaurar la paz eterna al conglomerado de problemas que nos traen frito entre devaluaciones, deuda externa, corrupción, guerras civiles y desgobierno.

Siempre buscamos un Maradona, un Messi, un Cuautemoc, un Forlan, un Kaka, un Matías, un Perón, un Allende, un Subcomandante Marcos, un San Martín, un Bolivar, un Fidel, el Ché y Chávez para que venga arreglar lo que nos corresponde particularmente a nosotros si no jugamos nuestra posición.

Este es el facilismo de los mundiales mesiánicos, igual al de nuestras naciones. Con los gobiernos siempre queremos que el que hace los goles, los haga, pero nosotros -los hinchas- siempre miramos inhertes desde las tribunas haciendo pitas y barras (cuando nos conviene) esperando que termine el partido, para esperar el otro el próximo domingo y hacer de esto el mas bello circulo vicioso que nos ha tenido en las mismas por mas de 200 años.

El balón... ¿de qué lado de la cancha es que está?

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