Los entiendo aunque no esté de acuerdo

jueves, 18 de febrero de 2010

Es dificil, ser militante o simpatizante ¿cúal es la diferencia? para mi, mientras uno es constante y sonante con todo lo que se dice y se plantéa para determinado fin, el otro por lo menos tiene la razón de la duda y cuenta con la posibilidad de no estar acuerdo y asi no correr el riesgo de ser botado, si tal es el caso de ser un empleado público.

Tengo varios amigos que trabajan en cargos públicos y no se imaginan la angustia que siento -y sienten- cuando alguno de ellos me manifiesta no estar de acuerdo con las cosas que se hacen al respecto, faltando todo principio de ética, valores y profesionalismo, solo por obedecer una linea de mando que viene desde una instancia en la capital y que la única manera de decir que las cosas funcionen es diciendole "si" a todo lo que se disponga, así se estén equivocando, por eso los entiendo y los justifico.

Los entiendo porque se lo dificil que es estar en sus zapatos cuando la necesidad es mas grande incluso que el amor. Optar quedarse por tener trabajo sacrificas los valores y principios que has recibido de tu familia. Lo que ayer te decian que era negro hoy te lo pintan blanco y se produce un problema existencial de señor padre nuestro que lo mas recurrente es aislarse, evitar cualquier tipo de conversación que te comprometa o de resto dejar de compartir con tal y tales amigos no vaya ser que te vean y comiencen a señalarte que te reunes con gente no deseada para el proceso.

Este es el apartheid político que ha hecho que venezolanos y venezolanas, producto del socialismo del siglo XXI, piensen en aceras distintas, y mucho cuidado en ponerte del lado de la acera que no te corresponda según tu benefactor -hablando de los dos sectores- porque mueres desde todo punto de vista. En otras realidades se aplica ingenuamente el refrán "si no puedes con ellos únetele", sin querer resaltar que muchos cometen la osadía de refutar, criticar y resaltar cuando las cosas no están bien y por eso miro atras y cuento a unos tantos que ante estabamos y ahora no, y no me arrepiento.

Por eso cierro diciendo a mis amigos que aun siendo simpatizantes de este proceso, cansados de ver arrastrar sus valores, los que hemos compartido, aprendido y sostenido para ver algún día una sociedad mas justa, mas fraterna y mas democrática, que solo es posible vernos a las caras nuevamente si esa militancia se convierte en cantera de oportunidades, espacios abiertos para el debate y la razón solo dependerá del que logre los consensos, de resto seguiremos viviendo en trincheras donde solo abunda el odio y el resentimiento.

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