Sé que no estoy solo

viernes, 16 de abril de 2010

Suele uno pasar por alguna iglesia en horas del día y encontramos algunos personajes que indiscretamente van a encontrarse con Dios... exacto como aquel pasaje que relataba Jesús a sus discipulos de la historia del publicano que casí en la puerta del templo, con miedo a entrar para que no lo señalaran, lloraba arrepentido pidiendole a Dios perdón por todas sus culpas, mientras un fariseo oraba a los cuatro vientos para que todos lo vieran, justificaba que sus acciones no eran como por ejemplo las del publicano.

Cuenta el final del pasaje que Dios justificó y consoló al publicano por ser sincero de corazón, mientras que la oración del fariseo no fué tomada en cuenta... ya sabrán porque.

Que en estos días de pascua, donde la alegría de la iglesia se manifiesta en Cristo resucitado, sea también para aquellos que están alejados y se dejan acercar para buscar el consuelo y la misericordia de este publicano al cual Dios siempre les tiene las puertas abiertas, como en este caso en la Catedral de Maracaibo.

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