Un país no apto para cardíacos... parte III ¿final?

jueves, 7 de enero de 2010

Han pasado tres días de incertidumbre, preguntas, rebusque, pasando y recibiendo información, no sé si lo que he vivido en esta semana desde el 31 de diciembre del 2009 es lo que viven los funcionarios públicos, cuando ellos mismos estaban recibiendo la misma cucharada del propio chocolate que comenzamos a comer no desde el 31/12, sino cada vez que iniciaba un año y el seguro HCM quedaba suspendido para todos y todas los que trabajan directamente con las instituciones del estado, no solo los maestros, sino también militares, empleados administratvos, funcionarios, una pila gruesa de gente que debe estar sacando conclusiones como en un pestañar de ojos te quedas en la nada.

Hoy jueves 7 de enero del 2010, a un día de la cesaria de mi esposa, la clínica Paraiso me confirmó que iba a recibir a mi señora por el área de emergencia para luego pasarla a pabellón y ya dejarla en manos del médico ginecobstetra que la atenderá para traer al mundo a Sebastián Andrés. Esto indica que el seguro comenzó a "funcionar", que era lo que debía suceder, la cesaria tendrá cobertura, ahora solo queda saber que tanto sera cubierta, pero lo importante es que ya hay clínica para dar a luz.

En medio de estos días, en mis pasados artículos fijé una posición que no dejo de asumirla, mas aún como médico veterinario, aunque estemos hablando en terminos humanos, es importante resaltar que cuando se juega con la salud no se esta jugando solo con la consecuencia como una fractura de un brazo, una migraña, una subida de tensión arterial, un infarto, mas que todos estos efectos no deseados hay un efecto irreversible que también afecta la salud y es cuando se afecta la confianza, la seguridad, las emociones, la psiquis, el humor, la estabilidad emocional y como consecuencia no rindes en tu trabajo, vives estresado, todo te molesta y te irrita, la pagas con el que se te atraviesa en la calle con el carro, le pegas 4 gritos al vecino porque te toca la puerta en el momento menos oportuno, no te dan ganas de atender a tus hijos, te sabe mal la comida y tu esposa paga los platos rotos cuando se mató el día cocinandote, terminas aislado en tu mundo, ese al cual recurres cuando no quieres saber nada de la realidad y cuando llegas a ese estado aparecen las ganas de desaparecer, de morirte, de huír, salen los arranques, los ataques, el pánico y el miedo se apoderan de ti y eres capáz hasta de matar y robar porque el gobierno decidió por 4 días retirarte toda ayuda en materia de seguridad y en tu bolsillo no queda nada porque todo te lo comiste en diciembre.

Aunque yo solo llegué hasta el efecto de perder el humor que me caracteriza, imaginense las personas que llegan hasta las ultimas consecuencias y terminan peor de lo que se encontraban. Agradezco a Dios todo poderoso que me acompaña y me da la paciencia, la esperanza y la perseverancia, sabiendo que no deja a ninguno de sus hijos sufrir mas de lo que sabe que podemos aguantar, para así cumplirse el refrán popular "Dios aprieta pero no ahoga".

Ojala pudieran saber todas y todos aquellos que tienen que tomar desiciones a nivel gerencial en las altas cúpulas del gobierno a que somenten a la población cuando se hace una jugada como la que han experimentado los maestros y mastras de la nación y sus familiares, contando igualmente al numero de empleados públicos que se vieron afectados, sencillamente eso no se hace y tampoco se puede seguir haciendo porque cuando menos percate, el indice de suicidios en este país aumentará como el que ya se desborda por homicidios.

En este país definitivamente no está apto, por ahora, para cardíacos.

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